Alguna vez, en un viejo (y abandonado) blog de nuestra mesa escribí sobre cierto fenómeno que decidí nombrar “La pesadilla del Granjero” y que, en cierta manera, estamos viendo representado en este cómic. En la tira pasada uno de los personajes, Galo, como bien lo menciona Bobby en la publicación actual, reniega fuertemente de la edición de D&D que jugamos. Aunque las cosas expresadas no son, digamos, completamente fieles a los hechos (más bien son una adaptación) si existe ese cierto encono hacia la edición en la que jugamos nuestra campaña de La Ronda.

“Segunda”, “Quinta edición”, “Chingaderas desbalanceadas” y otros términos tal vez le suenen extraños o incomprensibles amable lector. Para  ello, y antes de seguir con este tema, déjeme darle un pequeño trasfondo.

Al igual que mucho material literario, Dungeons & Dragons lleva varias ediciones desde su nacimiento (allá en el lejano 1974). Cada edición ha ido respondiendo a diversos factores: correcciones de estilo, expansión de las reglas de juego, corrección de las reglas de juego, seguir sugerencias de los fans (los clientes finales) y hasta eliminación de referencias satánicas (según ciertas gentes sin quehacer) o temas sexistas. Actualmente corre la 5ta edición la cual enfoca las reglas del juego a que exista un balance en la mecanicas para evitar que los personajes de los jugadores mueran tan fácilmente (debido a los riesgos de ser aventureros) y se mantengan como esos héroes que ni el aire los despeina.

Las ediciones pasadas, sobre todo la primera y segunda (con sus revisiones de reglas “avanzadas”) tenían un cierto índice alto de mortandad de héroes por que el juego se enfocaba a generar una historia con riesgos que reten a los jugadores a pensar más allá de solo “Hack & Slash”; es decir, el ingenio y la creatividad mantenían con vida a los personajes en lugar de sus superpoderes. Como analogía a esto solo se me ocurren las quejas de los fans del videojuego Dark Souls que argumentaban una dificultad demasiado alta en el mismo. Y no es que fuera más difícil, es solo que el viejo D&D estaba pensado para que los protagonistas de la historia no fueran viles supermanes sino, más bien, héroes de literatura más clásica, en riesgo de morir en cualquier momento a no ser que su astucia, más que sus músculos, los salven con alguna idea como:

El espectro es inmune a cualquier arma terrenal, pero un conjuro del hechicero lo detiene mientras el elfo se escabulle a tomar la esfera de cristal que el espectro custodia y la lanza al guerrero que de un golpe con el hacha la hace mil pedazos; al romperse la esfera se libera el alma del espectro que desaparece para descansar en paz.

En ediciones más recientes (como la 5ta) el luchador no tendría que temer ya que el espectro no sería inmune a sus armas, solo tendría que golpearlo más fuerte de lo normal. Ésto es lo que muchos llaman, erróneamente, “balance” y es lo que me hace preferir ediciones pasadas (sobre todo Advanced Dungeons & Dragons 2da Edición, así, con todas sus letras) para jugar ambientaciones como Ravenloft o Dark Sun (mis dos favoritas).

En este cómic Galo llama desbalanceado al hecho de que tienen que enfrentarse a una criatura a la que la flecha de Ellensar no le hizo ni cosquillas. Un jugador así solo tiene un pensamiento en momentos como ese: “Vamos a morir… ya perdimos”. Y esto trae dos errores tremendos: primero, no tienen que morir, hay muchas opciones en un juego de rol, solo hay que pensar un poco las posibilidades; segundo: no existe el “perder” o “ganar” en un juego de rol, aunque los héroes mueran la historia se está contando y ese es el principal objetivo del juego, recordemos a Gandalf o a Boromir para ejemplos.

Si con todo esto que acaba usted de leer, amable lector, aún no comprende del todo el tema del que le hablo yo lo invito a que se acerque un poco más, que indague sobre los juegos de rol. Hoy día hay mucha información y hay más gente jugando que hace algunos años. Grupos de facebook, como La Roleria, canales de youtube o twitch o páginas de entusiastas del hobby le pueden dar la información. Aunque no hay mejor manera de conocer el juego de rol que simplemente acercarse a jugar. Por cierto, si en sus indagaciones ve usted a un grupo de gente con sus chalecos de biker con el parche de La Ronda, no les tenga miedo, tal vez sea usted el siguiente prospecto…