Por fin lo hemos logrado, ya estamos publicando.

Hace más de cuatro años Quetzal y yo meroles fuimos a desayunar y platicar del futuro, de nuestro desesperado estancamiento creativo, de lo barato y bueno de la comida y claro también de mujeres por que siempre terminamos hablando de ellas. Fue en ese desayuno que vino la propuesta más extraña de mi vida, viniendo de un hombre como Quetzal:

Desde entonces habíamos batallado por encontrar ese proyecto magico comico musical en el que pudiéramos volcar todas nuestras ilusiones, energías, dineros y mentadas de madre, sobre todas las cosas, mentadas de madre.

Con el paso del tiempo, casi rendidos, se me ocurrió invitar a Quetzal a jugar D&D (dungeons and dragons) sin saber el tremendo monstruo que estaba a punto de liberar. Una serie de eventos y situaciones nos han traído hasta este momento, donde definitivamente no hemos parado de mentarnos la madre, pero tampoco hemos dejado de hacerlo con amor.