Entre las múltiples opciones de clases de personajes elegibles en D&D ninguna tan menospreciada desde tiempos y ediciones inmemoriales: el Bardo.

Contexto:

Según wikipedia: Un bardo, en la historia antigua de Europa, era la persona encargada de transmitir las historias, las leyendas y poemas de forma oral además de cantar la historia de sus pueblos en largos poemas recitativos.

De acuerdo al conocimiento popular de fantasía actual (literatura y videojuegos incluidos) el bardo es el trovador viajero maestro de las historias y conocimientos escondidos odiado o admirado dependiendo del lugar al que llega.

Dungeons & Dragons nos dirá algo diferente según la edición, pero, en general, es un “Jack of all trades” un “mil usos” pues. Un individuo que canta, baila, toca un instrumento o recita poemas, o todo a la vez. Al mismo tiempo sabe usar magia que saca de su expresión artística.

Fin del contexto.

Traigo a colación éste tema por que ha tomado relevancia en las conversaciones más recientes entre los miembros de Potionless. Primeramente por nuestra aventura donde todos interpretamos bardos, Grüngd’var (que pueden ver en nuestro canal de youtube). Segundo por que salió al aire el tema mientras grabamos nuestro segundo episodio de Andamos Arcanos, un podcast que Quetzal nos ha estado instando a grabar y que ha sido muy divertido. En tal grabación salió la renuencia de Quetzal a usar un personaje bardo como primer experiencia jugando rol.

Todo esto me trajo el recuerdo de que precisamente, la primer vez que jugué rol, allá por 1996, elegí, entre todas las opciones de la Segunda Edición del juego, crear un personaje bardo. Para muchos la clase de personaje mas inútil en D&D 2da. Ed. Pero “inútil” de ninguna manera pensaría que es inútil, como no lo pensé en aquel entonces. Por aquellos días al leer la descripción de la clase no pude evitar emocionarme al pensar en un personaje que podría estar en busca de aventuras no por el dinero o el poder, si no por encontrar una buena historia que contar. Un personaje con habilidades de casi todas las otras clases: opciones de armas como el guerrero, habilidades de ladrón y hasta magias de hechicero. Todo esto aderezado con habilidades propias de un bardo: cantar, actuar, disfrazarse y saber de todo un poco. Es el tipo de personaje que nadie quería tomar pero que me trajo una primer experiencia de juego bastante divertida.

Mi mensaje final es simple y dirigido a quienes empiezan en el juego y no saben qué personaje desean jugar y es el siguiente: no hay que guiarse nunca por cuestiones como poderes o capacidades de un tipo de personaje, más bien en lo divertido que pueda ser. Por supuesto que esto aplica a cualquier tipo de personaje que exista en cualquier juego. 

La presente intervención fue breve, amable lector, y es solo una idea que me llegó a la cabeza, junto con el recuerdo, más que nada que he vuelto a interpretar un bardo despues de tanto tiempo. Si la incertidumbre lo asalta mientras camina entre la niebla, una buena canción, un poema o hasta un silbido pueden regresar la paz a sus compañeros aun cuando la luz de la linterna se esté apagando.