Siempre les hago una pregunta a mis alumnos de ilustración con la que, invariablemente, sudan frío: ¿Y tus referencias?

De las referencias tomamos la semilla y el sustento de la obra, ya sea que trascienda de alguna manera o que muera en su etapa de desarrollo (o que quede en el sano Stand-by). Pero no solo es importante el usarlas, hay que, también, sacarlas a la luz.

Para el ojo avisor de usted, amable lector, no debe haber demasiado misterio de lo que ve y lee en este cómic. Sin embargo, en una serie de posts que iré haciendo, daré a conocer cuáles fueron mis referencias y fuentes de inspiración respecto a este proyecto desde su inicio hasta el curso del cómic, ya que algo importante de las referencias es que no se deben dejar de usar, más bien, se van aumentando, complementando.

Si ha estado usted atento a las letras que hemos volcado en cada entrega y ha leído la sección “¿Qué es ésto?” de nuestra página sabrá entonces que se me adjudica la creación de La Ronda. Debo decir que esto es cierto solo parcialmente. Fue solo la idea inicial. Todo lo que ha surgido desde entonces ha sido producto de la colectividad de nuestras mentes, es decir, de todo Potionless.

Por supuesto Ravenloft es el punto de partida, la ambientación de Terror Gótico de D&D pero no es lo único. Cuando estaba organizando esa partida corta quería que fuera narrada lo mejor posible, que esa agradable y hasta placentera sensación de asustarse, estuviera presente. Habría que leer algo más.

Para la ambientación recurrí a lo ya conocido, pero infalible: Maestros como H.P. Lovecraft, Gustavo Adolfo Béquer, Edgar Allan Poe, Arthur C. Clark y Horacio Quiroga. Algunas Obras en particular:

El Monte de las Ánimas.  -Gustavo Adolfo Bécquer: Un medievalismo místico; una leyenda espantosa, llena de superstición, en la mera Noche de los Difuntos, un relato que mueve la valentía de Alonso para complacer a su prima; un horror que se vuelve realidad. Pero sobre todo esto: Lobos.

La Máscara de la Muerte Roja. -Edgar Allan Poe: El gótico en su máxima expresión (en una opinión muy personal). El terror se va colando lentamente entre la seguridad de un grupo de nobles encerrados para evitar la fatalidad entre bailes de máscaras y banquetes. El último destino no puede ser detenido por muros e indiferencias.

Un Paseo en la Oscuridad. -Arthur C. Clark: Si bien este relato es más bien ciencia ficción, el horror de estar solo en la oscuridad se conjuga con el efecto de la noche en el páramo. Si nunca han apagados las luces de sus linternas a media noche en el bosque para ver el cielo plagado de estrellas les recomiendo hacerlo, vean los bellos astros y luego bajen la vista entre los árboles, aguzen el oído, escuchen los ruidos nocturnos: lechuzas, grillos, el viento y esos ruidos de arbustos moviéndose, tierra removida… y disfruten esa sensación en el pecho, esas ansias por volver a prender la linterna y seguir su camino.

Por supuesto que hay más, pero tal vez ya es hora de dormir, de apagar las luces y dejar que los ruidos nocturnos llenen el ambiente, de dejar que su vista se acostumbre a la oscuridad y que las siluetas que ve en su habitación revelen su verdadera naturaleza; el abrigo en el perchero, la cortina moviéndose al viento, los ojos amarillos del gato… espere, ¿tiene usted, amable lector, un gato? No se preocupe, no desespere, tal vez esté cerca La Ronda para socorrerle.