Cada loco con su tema.
Tal vez, amables lectores, se encuentren confundidos. O tal vez no lo están y tras leer los posts anteriores que acompañan este comic llegaron a la conclusión lógica: Cada loco trae su tema. La verdad es que así es. Y es que cada autor que ha hecho presencia aquí con sus letras está dando su punto de vista de un mismo hecho. Todos hablan de su primer acercamiento a ese proyecto. Y así lo haré yo…
Todo comienza mucho tiempo antes, cuando la mesa Potionless toma forma, aun antes de que eligiéramos ese nombre, y nos dimos cuenta que podríamos hacer algo más que solo jugar. ¿Jugar qué? se preguntará usted. Pues jugar Rol. Hemos hecho otros proyectos entre ellos, uno de gran importancia, el Enrolate ideado por Spartan. Ahora (sin dejar de lado Enrolate) trabajamos en éste cómic que tiene cierta historia detrás (historia que sigue corriendo, por cierto).
Cuando tuvimos esa idea de aislarnos en una cabaña para jugar todo un fin de semana algo paso en mi cabeza de DM: Ravenloft. Un escenario de campaña, con temática de terror gótico, de Dungeons & Dragons que llegué a jugar antes de forma breve y que tenía la curiosidad de narrar. Pero no era todo, algunas referencias me llevaron a concebir el concepto de la partida que jugaríamos a modo de One-Shot (una partida rápida y auto conclusiva). La idea sonaba simple: en lugar de un grupo de aventureros a los que cada jugador formaría su historia previa; serían los miembros de una organización secreta dedicada a la investigación y erradicación de los males que azotan las oscuras tierras que ellos mismos habitan; viajando como guardias errantes, encapuchados y juramentados; con un oscuro pasado que los jugadores no conocen hasta que el momento sea justo.
Ahí, entre el bosque y la noche (tanto dentro como fuera del juego), a la luz del fuego y sus linternas, en medio del peligro y la oscuridad, surgió algo más, surgió La Ronda; El Martillo y la Flama, la luz que revela al que mueve los hilos.