En algún punto, durante una de tantas juntas informales donde le hemos ido dando forma a la mitología de La Ronda, nos dimos cuenta de que más allá de avanzar las historias dentro de nuestra propia mesa, tendríamos que, en el afán de crecer la comunidad y crear nuevos capítulos, proporcionar directrices para nuevos DMs y/o… gulp, aventarnos nosotros mismos como tales.

Eventualmente, cuando por fin decidí romper la barrera de mi comfort y dar el paso de un lado de la mesa, como jugador, al otro, como Amo del Calabozo, le pregunté a Don Diablo su opinión sobre cómo arrancaría el una nueva mesa. Su sugerencia fue, hazlos que reciten “El Martillo” (el juramento de La Ronda).

Con la intención de probar esa línea de narrativa, junto con mis habilidades como narrador, pedí el apoyo de Potionless para hacer una sesión de prueba con ellos. Se me ocurrió que aquel jugador que fuera el de menor edad entre los demás, sería quien recitara “El Martillo”, asignándole el título de novato del capítulo. En mi mente, por mientras, trataba de identificar que canción podría utilizar para enfatizar la carga emocional del momento.

Para mi, “El Martillo” es la voz del alma de La Ronda, por lo tanto:

Death – Voice of the Soul